martes, 18 de noviembre de 2008

Vivencias

Encuentro de los nacidos en 1948 en Torrelobatón
El día 20 de septiembre del 2008 fue un día muy señalado para mí. Os contaré. Siendo de Torre y sintiéndome torreño hasta lo más profundo de mí ser, nunca había tenido oportunidad alguna de estar ni de celebrar nada con la gente de mi misma edad: corrida de cintas, pintadas propias de los quintos, etc. Hoy, y después de 60 años, había llegado por fin ese momento que tendría la esencia misma de aquellos festejos.
Todo empezó con una llamada telefónica de Nati, mujer de Julio, en la que se me invitaba a participar en un encuentro con la gente que había nacido en 1948 en Torre, ni que decir tiene que mi respuesta fue afirmativa, eso sí, le dije que por favor me avisase con suficiente antelación al objeto de poder programar mi viaje; como sabéis, vivo en Palma y no es fácil salir de la isla cuando se quiere.
El día 19 salía de Palma con un montón de ilusión cargada en mi maleta, ¡ah!, también de ensaimadas. Mi primer destino fue Valladolid donde pude contagiarme del gran evento que en la Plaza Mayor se celebraba: el centenario del Ayuntamiento. Fue una fiesta de luz y sonido que hizo que ya me fuera poniendo a tono para estar listo hacia nuestro encuentro del 60 cumpleaños en Torre. Por casualidad, me encontré en Valladolid con Nati y Julio y me fueron adelantando algunos pormenores de nuestra celebración: hora de comienzo de la Santa Misa, celebración de la cena, etc.
El día “d” y la hora “h” había llegado. Me dirigí a la iglesia de Santa María en un estado emocional muy parecido al que experimenté hace muchos, pero que muchos años en la misma iglesia. No sé, pero me resultó chocante a mi edad experimentar esa sensación. Allí, en la entrada de la iglesia tuvo lugar mi primer encuentro con los nacidos y nacidas en el 48. Noté caras sorprendidas y muy ilusionadas. Yo apenas conocía a nadie, salvo a unos pocos. Me costó adaptarme al momento, pero poco a poco y con el reparto de papeles para la participación en la Santa Misa, la cosa fue tomando un cariz diferente.
La misa comenzó y de nuevo volví a experimentar la misma sensación de la que antes os hablé, fue algo muy bonito, me sentía feliz. La misa concluyó y enseguida nos entró un deseo efusivo de que aquellos momentos permaneciesen en la retina de nuestros ojos para siempre: fotos, fotos y más fotos. Fotos en la iglesia, fuera de ella, en el caño, en el lavadero público, cualquier lugar era excusa para inmortalizar aquel momento. Fue algo maravilloso.
La cena se celebró en el Centro de Turismo Rural de San Pelayo. Al comienzo de la misma se nos distribuyó un tríptico muy bien elaborado por Elena, hija de Julio y Nati. En dicho tríptico se relata lo que significa tener 60 años, según Mirta Núñez (Colombia); también había en él, un resumen de aquellos acontecimientos que marcaron un hito importante en el devenir de la historia en 1948; como no, también estábamos todos los nacidos y nacidas en Torre ese año. El tríptico concluía con unas “reveladas populares” muy graciosas. Jesús, también nos obsequió con una lectura de unos poemas elaborados por él, donde los del 48 éramos los protagonistas, ¡muy bien Jesús! A los ausentes, tanto fallecidos como no presentados, por motivos varios, se les tuvo también en el recuerdo en esa noche mágica.
La conclusión de este encuentro se alargó hasta las tantas de la madrugada del día 21. Javi, a cargo de un buen equipo de música, nos hizo bailar y bailar hasta la extenuación. Nos recordó, con un buen repertorio de música, los años en los que teníamos bastantes menos. Bailamos y nos divertimos hasta que el cuerpo dijo: ¡basta! El final nos llegó con una despedida cargada de nostalgia y buenos deseos. Todos y todas nos propusimos celebrar, si Dios lo quiere, el 70 cumpleaños.

No hay comentarios: